Por Fedra Katopodis
El primer semestre del año sorprendió al mercado asegurador con tres grandes cuestiones sobre las que debieron incursionar para responder a las exigencias económicas, sociales y estructurales. Las seguradoras y los clientes necesitan de una estructura para sentirse seguros. Conocer los derechos y obligaciones, la periodicidad de las pólizas, la forma de pagos y resolución de siniestros, nos deja a todos más tranquilos. Sin embargo esa seguridad puede volverse en contra si nos impide ver los cambios y oportunidades que surgen alrededor. Un claro ejemplo es la póliza digital que se admitió mediante Resolución SSN Nº 219/2018, de la Superintendencia de Seguros a mediados de 2018, pero que nos encontró en medio del aislamiento preventivo obligatorio con aseguradoras que no tenían a todos sus clientes digitalizados. Este fue el primer dilema al que se enfrentó el mercado.
Es necesario aclarar que todos los vehículos deben circular con la tarjeta de circulación vigente, que puede ser presentada por medios digitales (celulares, tablets) a los fines de documental a presentar; pero eso no significa tener cobertura. La cobertura contratada debe respaldarse financieramente para que tenga efectos contra terceros, y es una carga del cliente realizar los pagos.
El segundo pilar surgió a partir de la creación de una fake news que indicaba que al reducirse la circulación de vehículos las compañías estaban obligadas a brindar descuentos en forma masiva. Remitiéndome a los hechos fueron siete aseguradoras que dieron descuentos para captar clientes o para acompañar a los asegurados que trabajan con el auto. El resto de las compañías se vieron forzadas a dar descuentos para responder a las demandas del cliente.
Lo que el público en general desconoce es que ese 30% de descuento, no lo sostienen grandes empresas multinacionales, sino el productor de seguros que percibe comisión. Una póliza de seguros es un contrato anual que se suele pactar en cuotas de periodos inferiores, que se compone de una prima y un premio. La prima es costo real del riesgo asegurado más gastos de gestión externa o interna, margen de ganancia para el asegurador y comisiones del productor, un costo que semestralmente es un 30% menos de lo que paga el cliente. Esa diferencia se compone de I.V.A, impuestos, sellos, tasas y contribuciones, que resulta en lo que llamamos premio y que la compañía cobra como agente de retención pero no constituyen resultado. Por esta razón, cuando se pide un descuento, el mismo recae sobre la prima afectando directamente al costo del seguro y la comisión del productor.
Una alternativa fue la reducción de cobertura. Si tomamos como premisa que hay una reducción de siniestros por la ausencia de circulación, esta es la solución al problema. El costo más alto que tiene la tasa de riesgo automotor es la responsabilidad civil, que cubre los daños que nuestro vehículo cause a terceros. Esta opción supone trasladar el riesgo de la aseguradora al dueño del auto, uno debe responder con patrimonio propio ante el daño que cause. Sin embargo muchos clientes rechazaron la opción, porque el vehículo lo seguían usando o ante la posibilidad de hacerlo. Fue una opción inteligente que permitió a todos comprender la función de un seguro, porque al eliminar la cobertura supone eliminar por ejemplo la responsabilidad que tenemos si nuestro vehículo se incendia y causa daños a terceros.
Además, si un vehículo está asegurado en $1.000.000 y el cliente paga anualmente $50.000, frente a un robo total, ¿Cómo se paga ese siniestro? Con los pagos mensuales no es posible cubrir el valor de un vehículo, por eso los seguros funcionan como fondos comunes para responder a todos los siniestros.
Esta situación nos conduce al tercer pilar a trabajar por parte de las aseguradoras: la diversificación de riesgos y el rol de los productores asesores de seguros. El mercado asegurador está trabajando para brindar tasas que acompañen a la economía tanto en la recesión de sector como en el aumento de precios de otros sectores; creando coberturas para riesgos nuevos, comunicando y principalmente capacitando a los empleados y productores sobre todos las cuestiones mencionadas.
En este periodo es indispensable brindar información concisa y certera, para que el cliente comprenda sus coberturas y encuentre respuesta a sus riesgos. Muchos se aseguran los vehículos y no tienen en cuenta sus hogares, sus oficinas, los seguros de accidentes personales, de salud, sepelio y vida.
El productor de seguros es un profesional matriculado, por lo cual responde civilmente por mala praxis en el asesoramiento a sus clientes. Advertir en cuanto a los seguros que obligatoriamente se deben contratar y los alcances de cobertura. En la primera etapa de aislamiento, se debió asesorar sobre coberturas de teletrabajo y a partir del Decreto N° 367/20, se dictamino que las Aseguradoras de Riesgos del Trabajo (ART) darán cobertura a los trabajadores que contraigan el COVID-19, en aquellos casos en que las personas se encuentren desempeñando actividades y servicios declarados como esenciales, en el marco excepcional de la emergencia sanitaria. Sin embargo no es una cobertura directa y para todos. Los productores están obligados a informar detalladamente que los casos serán analizados y que deben contar con certificado de diagnóstico confirmado emitido por Sistema integrado de información sanitaria Argentino (SISA), que los empleadores tienen que acreditar la actividad esencial que realizaba el trabajador de manera fehaciente y que el trabajador no presente condiciones de dispensa legal, de lo contrario no procederá la cobertura de ART y que será determinado de manera definitiva por Comisión Medica Central (C.M.C) establecida en el artículo 51de la Ley Nº 24.241
Queda claro que debemos acompañar a los asegurados para que obtengan sus pólizas digitales, canalicen los pagos de manera virtual y centrarnos en aquellos que tienen sus comercios cerrados. Se espera que el segundo semestre tenga reducciones en las tasas de riesgos pero que aumente la emisión de seguros nuevos. Y principalmente brindar información legal y profesional que estructuran a una situación desconocida hasta el momento para todos.
Fedra Katopodis
Abogada y Productora Asesora de Seguros
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